Teresa Molina López (Sevilla, 1961) forma parte del nutrido grupo de farmacéuticos de atención primaria (FAP) que comenzó su andadura profesional en el Servicio Andaluz de Salud (SAS) hace más de 20 años. Doctora en Farmacia por la Universidad de Sevilla y Experta Universitaria en Epidemiología e Investigación Clínica por la Escuela Andaluza de Salud Pública y la Universidad de Granada, coincidí con ella durante su etapa de Jefa del Servicio de promoción del uso racional del medicamento en el SAS, período del que guardo un grato recuerdo.
Cercana, innovadora, exigente y de mente inquieta, Teresa es desde hace un par de años directora de la Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias de Andalucía AETSA). Abusando de nuestra amistad, le he propuesto hacer una entrevista en la que aborda algunos de los temas de mayor interés en su ámbito de actuación. Os dejo con sus interesantes declaraciones de las que os sugiero que toméis buena nota.
-Carlos Fernández (C.F.): Teresa, para los que no conozcan la AETSA, cuéntanos qué es y qué funciones tiene.
-Teresa Molina (T.M.): La AETSA es un órgano público, de la Consejería la Consejería de Igualdad, Salud y Política Social. Se creó en 1996 mediante Decreto de la Junta de Andalucía, con la misión de apoyar y asesorar en la toma de decisiones relativas a tecnologías sanitarias a todos los niveles del Sistema Sanitario Público de Andalucía: autoridad sanitaria, gestores y clínicos. El fin último que perseguimos es que el uso que hagamos de estas tecnologías sea seguro y efectivo, adecuado al paciente y eficiente – que su coste esté de acuerdo al valor que la tecnología aporta en resultados en salud y que sea asumible por la sociedad.
Creo que es importante reconocer, hoy más que nunca, la apuesta por la inversión de recursos públicos en la evaluación de tecnologías sanitarias y en la gestión del conocimiento sobre éstas, porque con ello estamos dando al sistema sanitario público, en su conjunto, herramientas para facilitar la toma de decisiones sobre las tecnologías sanitarias, para discernir cuál es el mejor uso que debemos hacer de estas tecnologías en los términos que he descrito en cada caso, contribuyendo así a disminuir la variabilidad en la práctica clínica, a mejorar la equidad y a la sostenibilidad del sistema sanitario público.
En cuanto a nuestras funciones, te diré que son varias, aunque sin duda, la principal, y en torno a la que giran las demás, es el desarrollo de proyectos de evaluación de tecnologías sanitarias. Estos proyectos tienen como objetivo sintetizar la información sobre las consecuencias del uso de la tecnología en estudio desde distintas perspectivas: médicas –hablamos de efectividad y seguridad comparadas con las alternativas ya existentes, cuando estas existen-, económicas –eficiencia e impacto económico en el sistema sanitario- social y éticas. Son proyectos desarrollados por equipos multidisciplinares, con participación de profesionales, en los que la síntesis de información se realiza de una forma sistemática y transparente. Un proyecto de evaluación es, en si mismo, un proceso de investigación, de investigación secundaria, y se apoya en el método científico, intentando minimizar el riesgo de sesgos.
-C.F.: ¿De qué clase de tecnología sanitaria hablamos?
-T.M.: Usamos el término tecnología sanitaria en su acepción más amplia, y nos referimos, por tanto, a equipos o instrumentos médicos y diagnósticos, medicamentos, procedimientos clínicos, herramientas de ayuda a la toma de decisiones para pacientes y sistemas organizativos en los que se desarrolla la atención sanitaria. Aunque todas estas líneas de trabajo se desarrollan en la AETSA desde sus inicios, en los últimos años hemos reforzado, especialmente, la línea de evaluación de medicamentos. Dentro de esta línea podemos diferenciar cuatro sublíneas de trabajo: por un lado, tendríamos los proyectos de evaluación de medicamentos de alto interés sanitario y social, desarrollando proyectos de evaluación dirigidos a la Comisión de Armonización del Uso de medicamentos del Servicio Andaluz de Salud. Por otro, tendríamos la evaluación de medicamentos de nueva comercialización y de prescripción en receta oficial, que inició en 1998 el equipo de CADIME, y que se ha integrado entre las línea de producción de nuestra Agencia desde que hace dos años asumimos la dirección científica de CADIME en el marco de un proyecto de colaboración con la Escuela Andaluza de Salud Pública. También, en estos dos últimos años, y para dar respuesta a las necesidades planteadas desde el Plan de Armonización en Farmacia y uso adecuado de los medicamentos hemos incorporado otra línea adicional, cuyo objetivo es la elaboración de criterios y recomendaciones de uso de medicamentos, en los que se aborda la evaluación comparada de medicamentos de un mismo grupo y/o para una misma indicación y el posicionamiento de cada uno de ellos. Por último, más recientemente, y a demanda del SAS y del Plan de Armonización en Farmacia, hemos iniciado la línea de trabajo de colaboración en la elaboración de Informes de Posicionamiento Terapéutico, con la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios.
-C.F.: Comentabas que la evaluación no era vuestra única función. ¿Qué otras actividades o funciones desarrolla la Agencia?
-T.M.: Podríamos dividirlas en dos bloques. En el primero estarían las funciones que están estrechamente relacionadas con la actividad evaluadora. Verás que cada una de ellas se deriva de “acompañar” a las tecnologías sanitarias durante todo su ciclo de vida, desde las fases de pre-comercialización hasta el abandono de uso por obsolescencia. La primera a destacar sería la función de nuestro Observatorio de Tecnologías Emergentes, que forma parte de EUROSCAN, la red de observatorios de tecnologías emergentes, con base en Europea, en la que colaboramos 19 agencias públicas. Desde él se desarrollan procesos sistemáticos de detección de tecnologías emergentes para su evaluación temprana. Los resultados de esta evaluación temprana se difunden en el Sistema Sanitario Público de Andalucía (SSPA) en el Sistema Nacional de Salud (SNS) y se comparten con el resto de colaboradores de la red. En segundo lugar, la función de detección y priorización de necesidades de evaluación, bien de nuevas tecnologías, ya comercializadas, que nos plateemos incorporar o de reevaluación de tecnologías ya incorporadas, a fin de detectar su nuevo posicionamiento entre las alternativas existentes en el momento o una posible obsolescencia. Las actividades ligadas a esta función se realizan periódicamente en colaboración estrecha con centros asistenciales, las unidades de gestión clínica y sus profesionales, las unidades directivas de la organización y los directores de los planes integrales del SSPA. Por último, destacaría la línea de trabajo específica sobre metodología de evaluación, de cuyo desarrollo depende nuestra puesta al día y la incorporación de los procedimientos más actuales en los procesos de evaluación.
En el segundo bloque estarían las actividades de gestión del conocimiento en relación a tecnologías sanitarias y de promoción del uso seguro, efectivo y eficiente de las tecnologías sanitarias. Por un lado realizamos actividades de difusión activa de la información que generamos en nuestros procedimientos de evaluación entre los profesionales, gestores y autoridades sanitarias; esta difusión se extiende a todo el mundo a través de diversas bases de datos en las que incluimos la información que vamos generando; entre ellas, la bases de datos del Centre for Reviews and Dissemination (CRD), de la Universidad de York o las de la red INAHTA (The International Network of Agencies for Health Technology).
Difundimos también activamente la información generada por otras agencias, tanto nacionales como internacionales. Y desde nuestra Agencia promovemos la cultura de evaluación crítica mediante actividades formativas a distintos niveles. Merece aquí especial mención la rotación que por nuestra agencia de MIR de medicina preventiva y FIR de Farmacia Hospitalaria, aunque estamos abiertos a solicitudes de rotación que nos lleguen desde los profesionales sanitarios. También desarrollamos proyectos de investigación primaria; en concreto hemos tomado parte en varios proyectos de uso tutelado de tecnologías sanitarias y en otros proyectos de observación post-introducción.
C.F.: ¿Qué papel juega la AETSA en el contexto nacional? (me refiero en relación a los informes de posicionamiento de la AEMPS, la red de agencias de evaluación y la dualidad del Ministerio como órgano regulador y a la vez evaluador que tantas críticas ha generado).
-T.M.: Al hablar de AETSA en el contexto nacional en estos días, me das la oportunidad de expresar mi satisfacción por el hecho de que, hace muy pocas semanas se ha consolidado, a través de una Orden Ministerial, la Red de Agencias de Evaluación de Tecnologías Sanitarias del Sistema Nacional de Salud, de la que AETSA forma parte, junto con otras cinco agencias regionales – de Euskadi, Galicia, Cataluña, Canarias y Madrid- y la agencia del Instituto de Salud Carlos III. Se consolida así una relación que venimos desarrollando desde 2006, cuando se firmaron los primeros convenios de colaboración entre el Ministerio de Sanidad y las Comunidades Autónomas responsables de estas Agencias, en el marco del entonces Plan de Calidad del SNS. Han sido siete años de trabajo colaborativo, de puesta en común de procesos metodológicos, planes de evaluación coordinados, que han evitado procesos de evaluación redundantes y han hecho más eficiente nuestro trabajo. La Red apoya ahora mismo la toma de decisiones a nivel del Estado en cuanto a cartera de servicios y prestaciones, excluyendo, de momento, medicamentos.
En evaluación de medicamentos, a nivel nacional, como bien dices, se ha puesto en marcha durante este año la línea de trabajo de la AEMPS sobre Informes de Posicionamiento Terapéutico (IPT). La AEMPS asume así la responsabilidad de los procesos de autorización para la comercialización y los procesos de evaluación comparada de eficacia y seguridad, que tienen como resultados los nuevos informes que nacen con vocación de servir como herramienta de ayuda a la toma de decisiones, tanto para los profesionales como para la autoridad sanitaria responsable de fijación de precios. En este sentido, es un modelo algo distinto al de otros países europeos.
Desde AETSA hemos colaborado desde un principio con esta línea de trabajo, a propuesta del SAS y del Plan de Armonización en Farmacia y uso adecuado de los medicamentos del SSPA. Estamos actualmente colaborando no solo en los procesos de evaluación en si mismos, sino además, en los acuerdos sobre procedimientos y metodología de trabajo, que están siendo abordados por grupos de trabajo específicos. El trabajo está siendo intenso.
En el momento en que nos encontramos, destacaría los elementos positivos. El primero a valorar, es que esta estrategia de evaluación comparada de la efectividad, seguridad y eficiencia de nuevos medicamentos para informar la toma de decisiones sobre precios responde a una necesidad sentida desde las Comunidades Autónomas.
El segundo punto a valorar es que la estrategia esté siendo realizada en colaboración con las propias comunidades autónomas. En nuestro caso veníamos desarrollándola desde el 98, como ya he comentado. Este modelo de trabajo pone en valor la competencia adquirida, la capacidad y el know-how en evaluación comparada que se ha venido desarrollando durante años atrás en las regiones, en los organismos públicos que hemos asumido esta labor. Pero además, promueve el trabajo en red y colaborativo, hoy tan necesarias para la eficiencia en nuestra tarea. Sí he de reconocer que esta colaboración nos ha hecho intensificar aún más el trabajo en evaluación de nuevos medicamentos que llevamos a cabo.
-C.F.: ¿Y en el plano internacional? ¿Qué papel juega la Agencia?
-T.M.: También estos días estamos viviendo unos momentos importantes para la colaboración internacional, en concreto, europea. Me refiero al proyecto EUnetHTA, proyecto que se puso en marcha en 2006, para promover la colaboración entre las agencias públicas de evaluación de tecnologías sanitarias de los estados miembros de la Comunidad Europea, y del que AETSA fue miembro fundador. En el seno de este proyecto, y a través de distintos grupos de trabajo en los que hemos venido colaborando activamente, se han desarrollado y acordado las bases metodológicas comunes que compartimos las agencias europeas para la evaluación comparada tanto de dispositivos médicos como de medicamentos. La buena noticia es que hace tan solo unos meses ha quedado constituida oficialmente en el seno de la Comisión Europea la European HTA Network, de la que nuestro país forma parte, y el grupo EUnetHTA, en el que estamos, será el responsable del desarrollo operativo de las acciones a desarrollar por esta red europea.
También he comentado que somos miembros de EUROSCAN y de INAHTA, organización en la que nos reunimos 57 agencias de 32 países de todo el mundo. Sólo 32 países del mundo, de un total de 194, tienen órganos públicos de asesoría a la toma de decisiones sobre tecnologías sanitarias. Somos uno de ellos. Insisto en la oportunidad que supone poder contar con uno de estos órganos que nos ayudan a discriminar lo que verdaderamente aporta valor de lo que no, a discernir los pacientes que más se benefician del uso de determinada tecnología, a identificar tecnologías obsoletas. Esta oportunidad, en un entorno sanitario público, se convierte, además, en un compromiso profesional y social tanto para los profesionales que trabajamos en las agencias, como para los destinatarios de estas recomendaciones.
Volviendo a tu pregunta, y resumiendo. Es una satisfacción poder decir que estamos presentes en todos los foros internacionales relativos a evaluación de tecnologías sanitarias, presencia que nos facilita el contacto ágil con agencias de todo el mundo y la actualización en procedimientos.
-C.F.: ¿De qué herramientas os valéis para difundir vuestro trabajo? ¿tenéis presencia en las redes sociales? (en caso negativo ¿os lo habéis planteado? y en caso afirmativo… en cuáles)
-T.M.: Nuestro medio de difusión es Internet. Al día de hoy utilizamos tanto nuestra página web, dotada de RSS, como el correo electrónico, haciendo difusión activa y selectiva de los destinatarios a los que hacemos llegar nuestra información, en función de su perfil profesional. Durante estos días, estamos ultimando nuestra presencia en redes sociales (Perfil en Facebook y cuenta en Twitter). Os avisaremos. Para 2014 tendremos también un nuevo portal web, con una organización más estructurada y que facilitará la comunicación con los profesionales.
-C.F.: ¿Como encajan la evaluación de tecnologías sanitarias y el uso adecuado de los medicamentos?
-T.M.: Podemos decir que la evaluación de tecnologías sanitarias es una de las llaves principales de la puerta que da acceso al uso adecuado y racional de los medicamentos. Si es cierto, que “la puerta del uso adecuado” puede tener más llaves; el acceso a la información, la implantación…, son otras llaves importantes, pero disponer de información objetiva, no sesgada, sobre evaluación comparada, es crítico. La información que aporta la evaluación comparada de fármacos es indispensable para hacer un uso racional de los medicamentos, entendiendo como tal lo que se definió en Nairobi en 1985.
-C.F.: ¿HispaNICE sí o HispaNICE no?
-T.M.: Ahora es el momento de la Red de Agencias del SNS: colaborar, compartir y sumar. Es una estructura que responden a la idiosincrasia de nuestro país, que reconoce, aprovecha y pone en valor la capacidad y la competencia para la evaluación de tecnologías sanitarias que cada una de las comunidades autónomas que contamos con una Agencia, en algunos casos desde hace 20 años, hemos ido generando. ¿Puedes imaginar lo que supondría no hacerlo así? ¿Podríamos explicar a la sociedad por qué no aprovechamos el conocimiento, la experiencia, el saber hacer las cosas, que se ha ido acumulando en todos estos años en las agencias regionales? No hacerlo sería, como mínimo, ineficiente. Pero no es el caso. Nuestras capacidades compartidas no suman, multiplican. La Red de Agencias va a poner en circulación este año más de 100 proyectos de evaluación, en el área de tecnologías, no medicamentos. En el área de medicamentos, en tres meses de colaboración con el Grupo de coordinación de posicionamiento terapéutico estamos evaluando más de 30 fármacos. Estamos generando herramientas de ayuda a la toma de decisiones que sin duda contribuirán a la sostenibilidad del sistema sanitario público que queremos conservar.
-C.F.: ¿Qué hace una FAP dirigiendo una agencia de evaluación de tecnologías sanitarias?
-T.M.: Seguir trabajando por lo público. Poner a disposición de la Agencia lo aprendido sobre evaluación de medicamentos y sobre implantación, y la experiencia tanto en mi posición de FAP, en la que he pasado más de quince años, como en el Servicio Andaluz de Salud, donde pasé cuatro años como responsable del Servicio de Uso Racional del Medicamento. Conoces tan bien como yo que el profesional de farmacia de atención primaria tiene un perfil de evaluador nato. Aunque las obligaciones ahora son distintas, me ha ayudado mucho a la hora de dirigir el conocer tanto los procedimientos, como los destinatarios y los entornos en que se produce la implantación. Está siendo una experiencia muy enriquecedora, y sigo aprendiendo diariamente, escuchando tanto al equipo de la Agencia, a quienes respeto y admiro y tengo que agradecer el esfuerzo diario para responder a la agenda de trabajo actual, que es intensa, como a los clínicos que colaboran con nosotros, o los compañeros de otras agencias. Escuchando y analizando lo que hacemos, para poder mejorarlo.
-C.F.: ¿Cómo ve un FAP que se dedica a la gestión, al colectivo profesional?
-T.M.: Es un buen momento, aunque un momento de cambios, que estoy segura que el colectivo asumirá poniendo en valor sus competencias y del que saldrá fortalecido. Quizá entre estos cambios, los más relevantes -coincidirás conmigo- podrían ser la experiencia de trabajo de los FAP en unidades de gestión intercentros-interniveles y la próxima especialidad de farmacia de hospital y atención primaria. El primero, siendo la continuidad asistencial un reto permanente de nuestro sistema sanitario, da la oportunidad de compartir y mejorar las experiencias en el trabajo de implantación y asesoramiento personalizado a la prescripción que se ha venido haciendo en atención primaria y hospital, diseñar estrategias de implantación continuas, sin fracturas entre niveles asistenciales, contemplar las barreras y facilitadores desde ambos lados y aportar soluciones nuevas, compartidas por ambos niveles y mejorando la comunicación entre ambos. La segunda, tan esperada, dará la oportunidad de incorporar todo el conocimiento generado en más de 25 años de experiencia (conocimiento ahora no explícito) a un programa estructurado de formación especializada. Es la consolidación de un colectivo que acaba de celebrar los 26 años de trayectoria profesional en Andalucía.
-C.F.: ¿Qué echas de menos del día a día de los FAP?
-T.M.: Ante todo a mis compañeros, a los farmacéuticos, y a los médicos y enfermeras. Somos un colectivo con un alto grado de relación profesional y compañerismo. Disfruto ahora cuando alguno os incorporáis a los grupos de trabajo de la Agencia. Hecho de menos el día a día y la posibilidad que te brinda la posición de FAP de identificar las necesidades de información en primera línea, de dar respuesta rápida, a veces, casi inmediata, a problemas que los médicos y enfermeras de atención primaria te ponen sobre la mesa. Sobre todo, cuando detrás está un paciente.
Pero afortunadamente la Agencia me permite seguir en contacto con los profesionales. En lo que llevamos de año hemos colaborado con más de 200, de distintos ámbitos y especialidades. La compensación es el honor y el reto de dirigir el equipo de la AETSA y poder contribuir a la toma de decisiones informada en el SSPA.
Acabamos agradeciendo a Teresa que nos haya hecho un hueco en su agenda y haya entrado al fondo de las cuestiones que le hemos planteado. Personalmente, la echo de menos en el día a día al que aludía en la última pregunta, aunque soy consciente que es más necesaria para la profesión ejerciendo sus actuales responsabilidades. Que sea por muchos años.
Entrevista realizada por Carlos Fernández Oropesa