La receta electrónica se implantó en la atención primaria catalana (ahora se está adoptando en los hospitales) con la idea de mejorar la calidad asistencial, la seguridad en el uso de medicamentos, la accesibilidad (reducción de visitas médicas), la sostenibilidad y la calidad de la información (plan de medicación), pero dos farmacéuticas de la zona central de la comunidad autónoma han querido demostrarlo con una encuesta telefónica y con entrevistas personales realizadas a 187 médicos (de 32 centros del primer nivel), 150 farmacéuticos comunitarios (de oficina) y 554 pacientes.
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