El pasado 18 de octubre tuvo lugar en el Congreso de la SEFAP en Palma de Mallorca la mesa “De la evidencia al paciente: ¿Podemos hacerlo mejor”. Sus principales objetivos eran reflexionar sobre la excesiva medicalización de nuestra sociedad, conocer sus causas y los factores implicados en su desarrollo, y analizar qué estrategias disponemos para combatirla. Para dar un enfoque diferente al evento, se decidió prescindir de la mesa y de las sillas sustituyendolas por dos cómodos sofás, creando un ambiente más distendido. Como novedad, se incentivó la participación de la audiencia ofreciendo un regalo a las tres primeras preguntas. La iniciativa fue todo un éxito.
En la introducción se presentaron datos sobre el consumo excesivo de medicamentos de nuestro país. Además se expusieron dos casos clínicos de mujeres con osteoporosis postmenopáusica tratadas de manera inadecuada con bisfosfonatos. Son ejemplos de elementos implicados en la medicalización, como el “Disease Mongering”, la variabilidad clínica, las expectativas de los pacientes o la presión que se ejerce sobre el médico.
Para empezar, Ricard Meneu habló sobre el concepto de la medicalización y sus factores implicados. Para entender este problema, no solo hay que mirar a los principales proveedores sanitarios sino también el papel que desempeña la industria de la comunicación, las expectativas de los ciudadanos y las políticas sanitarias desarrolladas por los políticos y los gestores sanitarios. El proceso de la medicalización solo se entiende por las interacciones y sinergias de todos ellos. El profesional médico vive fascinado por las nuevas tecnologías y por las nuevas enfermedades. Una de las razones de esta predisposición de los profesionales a aceptar casi cualquier entidad clínica sería la volubilidad del conocimiento y las expectativas crecientes de los usuarios, que siguen creyendo en la ciencia como la solución a todos los males. Por ello, el riesgo ha pasado a ser una enfermedad prevalente y los medicamentos para “tratarlas” los más demandados, a pesar de las discrepancias entre las diferentes guías de práctica clínica. La responsabilidad de los profesionales es demasiado importante como para escudarnos en las inercias de las promesas exageradas de unos o las expectativas infundadas de otros. Hay que reflexionar para saber elegir el mejor modo de utilizar nuestros conocimientos y aptitudes en pos de una mejora socialmente deseable de la salud de nuestros usuarios.
Para hablar del empleo de estrategias para combatir la medicalización nos acompañó Enrique Gavilán. Definió el concepto de la polimedicación y los factores que estaban implicados. Dos intervenciones ayudan a combatirla: la prescripción prudente, estratégica y contextual, y la deprescripción. Expuso algunos ejemplos de cómo retirar medicamentos inadecuados en determinadas situaciones, como las estatinas o los inhibidores de la bomba de protones.
Para finalizar la mesa, Juan Erviti habló de cuáles eran los problemas de calidad de las guías de práctica clínica (GPC). El elevado número de guías para un mismo tema, la variabilidad de las recomendaciones, los conflictos de interés, el lenguaje de los niveles de evidencia y la fuerza de las recomendaciones son algunos de ellos. Una GPC será de buena calidad si cumple una serie de requisitos metodológicos, pero el problema de base actual es que no conocemos cuál es la calidad de la evidencia en las que se sustentan estas guías. La transparencia y la validez de los datos incluidos en los ensayos clínicos pueden quedar ocultos por el actual sistema de regulación de los medicamentos. Por este motivo la Agencia Europea del Medicamento (EMA) ha iniciado una política de transparencia que obligue a la publicación de los datos individuales por paciente en todos los ensayos clínicos. Lamentablemente esta nueva política está encontrando la oposición de la industria farmacéutica que ha judicializando el proceso.
Para finalizar, dar las gracias a Carlos Campillo por su implicación en la elaboración y desarrollo de la mesa. Estaba prevista su participación pero por motivos personales no pudo acompañarnos. Sentimos su ausencia y consideramos que una parte importante del éxito de la mesa es suyo.
Entrada elaborada por Txema Coll Benejam, moderador de la mesa
Fotografía de Rosa Duro Robles