Existe un lugar cuyo nombre, nada más mencionarlo, evoca al instante un espacio habitado por castillos medievales al borde de lagos cubiertos de leyenda. Pues bien, Escocia se asocia en el ámbito farmacéutico a algo más que a esta pintoresca imagen: a la integración de la atención farmacéutica en el sistema sanitario. En esta integración se ha avanzado especialmente en la región de Lothian, que se ha convertido ya en todo un referente a nivel mundial.
La realidad actual urge a extremar la eficiencia para responder a los retos sanitarios del siglo XXI y esto, según algunos, pasa ineludiblemente por aprovechar la accesibilidad y el “expertise” del farmacéutico. Los escoceses lo tuvieron claro y ha sido uno de los objetivos clave de su política sanitaria durante los últimos doce años.
El principal punto de inflexión tuvo lugar en el año 2002 con la puesta en marcha del plan denominado “The right medicine”. Se trataba de una estrategia claramente definida, a través de medidas concretas que se llevarían a cabo en los años siguientes, destinada a conseguir cinco objetivos fundamentales:
- Mejorar la salud.
- Mejorar el acceso a los medicamentos.
- Mejorar el uso de los medicamentos.
- Rediseño del servicio farmacéutico.
- Capacitación del personal de farmacia para la asunción de nuevos roles.
Muchas de las medidas propuestas estaban avaladas por proyectos piloto previamente financiados por el ejecutivo escocés aunque, lógicamente, las primeras intervenciones iban destinadas a crear un soporte estructural que permitiera la introducción progresiva de las mismas. Para empezar, era prioritario el desarrollo de soluciones informáticas que mejorasen la comunicación entre los diferentes niveles asistenciales.
Otras intervenciones de partida consistieron en destinar fondos para la creación de una zona que garantizase la privacidad necesaria para atender al paciente en las farmacias, el rediseño de los servicios de hospital para que cada paciente tuviera acceso a un farmacéutico clínico, asegurar el estándar profesional a través de la formación pre y post-grado, el desarrollo de un entorno de farmacia dentro de la historia clínica integrada del paciente, etc.
Siguiendo esta misma línea, se han ido incorporando los nuevos servicios farmacéuticos -algunos de los cuales detallaré a continuación-, que son sometidos periódicamente a revisión para ser evaluados y, en caso necesario, hacer las modificaciones pertinentes. [Review of NHS Pharmaceutical Care of Patients in the Community in Scotland. Dr. Hamish Wilson and Professor Nick Barber, 2013].
Lothian, de capital Edimburgo, es una de las 14 regiones de Escocia. Su población es de unos 850.000 habitantes y cuenta con una red de 182 farmacias comunitarias. Pertenecientes al ámbito hospitalario y a la atención primaria del sistema de salud dispone de 176 farmacéuticos. La asistencia sanitaria es gratuita y los medicamentos, previamente aprobados por el Scottish Medicines Consortium, son financiados al 100%.
Dentro del marco legislativo escocés, Lothian trazó su propia senda, que está marcada por algunos documentos clave:
- Establishing Effective Therapeutic Partnership (2009). En donde se define la infraestructura necesaria para desarrollar el servicio de atención farmacéutica al enfermo crónico.
- Pharmacy Strategy (2009-2012). Estrategia enfocada a mejorar la experiencia del paciente, la seguridad, la eficiencia y la productividad, así como a asegurar la disponibilidad del personal necesario para su puesta en marcha.
- Pharmacy Strategy (2013-2016). Se trata de una nueva versión de la anterior, ya que muchos de los retos fijados inicialmente permanecen todavía vigentes.
Gran parte del éxito en la implantación de estas hojas de ruta se debe a que surgen firmemente cimentadas sobre la alianza de todos los sectores implicados (farmacia comunitaria, de atención primaria y hospitalaria; gestores del NHS; médicos de atención primaria y hospitalarios; asociaciones de pacientes y representantes del Gobierno). Como resultado, la atención farmacéutica en esta región escocesa es actualmente una práctica de carácter continuado a través de la cadena asistencial: la farmacia de atención primaria se ocupa de la promoción de la prescripción coste-efectiva y otras medidas de eficiencia, de las revisiones de tratamiento de los pacientes polimedicados, de promocionar la deprescripción, etc. En la farmacia hospitalaria, se realiza la revisión de la medicación del paciente ingresado, la conciliación de tratamientos al ingreso y al alta, se prestan servicios a pacientes externos (VIH, diabetes…), a residencias y a centros sociosanitarios, etc. Finalmente, la farmacia comunitaria, formando parte del equipo asistencial, ofrece de forma generalizada cuatro tipos de servicios habituales y otros puntuales (additional services), orientados a cubrir ciertas necesidades. Todos ellos son financiados por el National Health Service:
- Minor Ailment Service: servicio para el tratamiento de trastornos menores. Requiere el registro del paciente en una determinada farmacia y la práctica se asienta en el uso del formulario local.
- Acute Medication Service: servicio de dispensación de medicación aguda mediante un sistema de prescripción electrónica que es transferida inmediatamente del médico a la farmacia.
- Chronic Medication Service: servicio de dispensación de medicación crónica. El paciente ha de expresar su voluntad de recibirlo y registrarse en una farmacia. Se diseña un plan específico y se trabaja en colaboración con el médico. Este puede realizar una prescripción que se mantenga durante 24-48 semanas, para ser dispensada a intervalos regulares, y la práctica se fundamenta en los protocolos de la enfermedad que se trate. El farmacéutico debe asegurarse de que el paciente posee la información adecuada sobre su medicación y de que sabe administrarla correctamente, así como advertirle sobre los posibles efectos secundarios y asesorarle sobre otros temas relacionados con la salud o el estilo de vida.
- Public Health Services: servicios para fomentar la salud pública, como la deshabituación tabáquica y la promoción de la salud sexual.
- Additional Services: servicios adicionales. No los ofrecen todas las farmacias, sino que, como apunté anteriormente, vienen a dar respuesta a alguna necesidad local concreta, por ejemplo, la administración supervisada de metadona o buprenorfina a consumidores de drogas de abuso, consejo farmacéutico a residencias, integración en redes de cuidados paliativos para informar o dispensar medicamentos fuera de los horarios habituales, etc.
Cabe señalar que, en aras de mejorar la eficiencia, Escocia dispone de una agencia de evaluación única orientada a la evaluación y decisión de financiación de los medicamentos, con recomendaciones específicas y ampliamente consensuadas. En Lothian, en particular, existe además un formulario regional único (Lothian Joint Formulary) basado en criterios de evidencia científica y continuamente actualizado por el organismo responsable: “The Medicines Management Team”. Dicho formulario, apoya la selección de fármacos en los distintos ámbitos de la asistencia sanitaria.
Para terminar, decir que mi experiencia como farmacéutica comunitaria me ha permitido constatar la incapacidad de nuestro actual modelo sanitario para abordar eficazmente algo tan complejo y con repercusiones tan importantes como es la gestión de la farmacoterapia. Médicos sobrecargados, con apenas unos minutos para dedicar a cada paciente, y farmacéuticos prácticamente relegados a llevar a cabo tareas administrativas difícilmente pueden cubrir las necesidades del paciente relacionadas con los medicamentos. Estas carencias, lógicamente, se manifiestan de forma mucho más ostensible a medida que los regímenes de tratamiento se vuelven más complejos (ancianos, pacientes pluripatológicos y polimedicados, patologías que requieren un seguimiento estrecho, etc).
Las previsiones demográficas para los años venideros amenazan con que todo esto se torne ingobernable a menos que se emprendan sin más demora reformas estructurales profundas en el sistema de salud. La respuesta escocesa a estos desafíos inminentes pasa por un cambio de dirección en la política sanitaria, orientado a derribar cualquier tipo de barrera y a crear un nuevo sistema integrado, basado en la colaboración y en el que todos los recursos (sociales, sanitarios, etc) se inviertan en un único objetivo: que el paciente reciba el servicio adecuado en el momento adecuado. Este cambio de paradigma permite la implantación de este innovador proyecto que integra y da continuidad a la atención farmacéutica en el sistema de salud.
Entrada elaborada por María Isabel Vega Rebollo
Gracias a estos artículos aprendemos de otros países tan cercanos y que, al mismo tiempo, nos llevan años de ventaja en cuanto a la concienciación en la atención farmacéutica primaria. No desesperemos en el intento!
Reblogueó esto en El blog de una boticaria en tránsito.y comentado:
Un cambio profundo emerge siempre a partir de un cambio de paradigma, de visión.