La melatonina es una hormona que aporta al organismo información cronológica y, de esa forma, regula los ritmos fisiológicos ejerciendo acciones diversas y todavía mal conocidas en múltiples tejidos. Al ser el sueño-vigilia el ritmo circadiano más importante, ha habido un gran interés en el uso de melatonina exógena para regularlo y así tratar trastornos del sueño.
En la Unión Europea, la regulación de los productos con melatonina ha seguido dos vías diferentes. Por un lado, está registrado como medicamento en cápsulas de 2 mg de liberación prolongada (Circadín®) con la indicación de tratamiento en monoterapia, a corto plazo, del insomnio primario caracterizado por un sueño de mala calidad en pacientes mayores de 55 años. Por otro lado, también está aprobada como suplemento dietético (y como tal se puede encontrar en supermercados) con la declaración de propiedad saludable de reducción de latencia del inicio del sueño, aunque en este caso no tiene liberación modificada y sus requisitos de calidad en la fabricación son menos exigentes.
¿Cuales son las pruebas sobre su eficacia y seguridad? Hemos publicado un BIT Navarra que sintetiza los datos disponibles.
La variable de resultado más utilizada en los estudios es la latencia del inicio del sueño (tiempo desde irse a la cama hasta dormirse). Hay que recordar que 30 minutos se considera la mínima diferencia de relevancia clínica. En ocasiones se usan escalas de calidad del sueño medida mediante cuestionarios.
Sobre el insomnio primario en adultos tenemos los estudios recogidos en el informe público de evaluación de la EMA (EPAR) del Circadin® y un metanálisis (Ferracioli-Oza 2013), que mezcla estudios en adultos y en niños. Los resultados son coincidentes, una reducción de la latencia del sueño en torno a 8 minutos, diferencias con placebo que carecen de relevancia clínica.
La aprobación del fármaco se basó en los resultados de las escalas subjetivas de calidad del sueño. Con una porcentaje de respuesta un 11% mayor que el de placebo. Efecto que se admite es pequeño.
La restricción de la indicación a mayores de 55 años se vio confirmada por la publicaciónde un ensayo clínico donde la melatonina no mostraba ninguna eficacia en adultos más jóvenes.
En cuanto a los trastornos del ritmo circadiano, por un lado tenemos una revisión Cochrane sobre la eficacia para el jet lag en la que la melatonina mejoró la puntuación de las escalas de desadaptación horaria subjetiva. Por otro lado, en otra revisión sistemática (Busceni 2006) no se evidenció ningún efecto sobre la latencia del sueño en pacientes con jet lag o en los que cambiaban el turno de trabajo.
Esta misma revisión sistemática también evaluó la eficacia para el insomnio secundario a depresión, esquizofrenia o demencia, no encontrándose pruebas de que tuviera efecto en la reducción de la latencia del sueño.
Utilización en pediatría
La melatonina ha despertado interés por su posible uso en pediatría, dado su perfil de seguridad presuntamente benigno.
En niños con insomnio por sueño retrasado, si se extraen los ensayos en niños de la revisión de Ferracioli-Oza 2013, se encuentra una reducción de la latencia del sueño de 17 minutos que, auque es estadísticamente significativa, no es clínicamente relevante.
En cuanto a los niños con trastorno de déficit de atención e hiperactividad, el NICE británico ha hecho una revisión que concluye que la evidencia es muy limitada. Sólo en niños no tratados con estimulantes se ha mostrado cierto efecto, de dudosa relevancia clínica.
Lo que siempre hay que tener presente es que el insomnio en un niño tratado con estimulantes es un EFECTO ADVERSO de los mismos.
En cuanto a los niños con trastornos del desarrollo neurológico, incluido el trastorno del espectro autista, los resultados de los diferentes metanálisis y ensayos clínicos son bastante consistentes en mostrar un reducción de la latencia del sueño de en torno a 35 minutos. Aunque a la vista de los intervalos de confianza su relevancia clínica podría cuestionarse, su uso podría considerarse por la ausencia de datos de otras alternativas, siempre planteando un periodo de prueba y valorando la respuesta.
¿Podemos confiar en la elevada seguridad de la melatonina?
La EMA al menos no lo tiene tan claro y ha incluido, como en otros medicamentos, un programa de gestión de riesgos que señala incertidumbres sobre posibles efectos indeseados, como alteraciones visuales, trastornos del sistema inmunitario, infecciones, interacciones farmacológicas (aunque una posible interacción con warfarina no figura en la ficha técnica) y problemas en la retirada. Otros posibles riesgos son el retraso de la pubertad (al inhibir la secreción de hormonas sexuales) y convulsiones. No hay pruebas firmes de estos efectos pero los datos son escasos.
Hay varios puntos que nos generan bastante desconcierto: Mientras que el resto de hormonas requieren un cuidadoso ajuste de dosis, para la melatonina el rango parece muy amplio desde 0,3 a 12 mg/día y lo más extraño es el uso de mayores dosis para niños que para adultos. La dosis aprobada para adultos es de 2 mg y se usaron hasta 12 mg en estudios en niños. Tampoco está claro cómo saber si funciona, ya que la puntuación en las escalas de calidad del sueño no tiene una correspondencia clara con la disminución de la latencia del sueño.
Como conclusión podríamos apuntar que:
- La melatonina es una hormona y, como tal, su lugar está mejor con los medicamentos que con los suplementos.
- Para mayores de 55 años es un medicamento de dudosa eficacia.
- Algunos niños con trastornos del desarrollo neurológico podrían reducir la latencia del sueño pero hay que valorar la respuesta.
Y recordar que antes de cualquier intervención farmacológica, lo primero es la higiene del sueño.
Entrada elaborada por Javier Garjón Parra
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La lectura y las conclusiones que se sacan me parecen bastante discutibles. le saconsejaría se dieran una vuelta por pubmed y leyesen algo más al respecto. Hablar de dudsa eficacia de la melatonina en mayores de 55 años es cuanto menos arriesgado.
Hola Silvia.
Clicando en el enlace «BIT Navarra» tienes acceso a un documento más detallado con la bilbliografía en la que se basan las conclusiones.
Si tienes conocimiento de algún ensayo clínico o revisión sistemática que se haya pasado por alto, no dudes en comunicarlo.
Una revisión Cochrane sobre trastornos del sueño por cambios en turnos de trabajo nos proporciona más datos: baja evidencia y dudosa relavancia clínica.
Liira J, et al. Pharmacological interventions for sleepiness and sleep disturbances caused by shift work. Cochrane Database of Systematic Reviews. DOI: https://dx.doi.org/10.1002/14651858.CD009776.pub2