La Farmacia de Atención Primaria se enfrenta en la actualidad a dos escenarios especialmente negativos: la intención de invadir nuestras competencias por parte de otros colectivos farmacéuticos y el problema de la coordinación entre diferentes niveles asistenciales.
Desde la anulación del Real Decreto de Troncalidad 639/2014 por el Tribunal Supremo el pasado diciembre de 2016, representantes de la farmacia hospitalaria han hecho una serie de declaraciones cuyo principal objetivo parece ser el de preparar el terreno para invadir las competencias del Farmacéutico de Atención Primaria (FAP). La Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), por ejemplo, reclama que “los servicios farmacéuticos de los hospitales deben reorganizarse para adaptarse a las nuevas demandas y necesidades de los pacientes y prepararse para actuar más allá del hospital, no sólo en el espacio sociosanitario sino incluso en la atención domiciliaria a pacientes. La situación nos obliga a prestar atención farmacéutica a todos los pacientes independientemente del nivel asistencial en que se encuentren”.
Por su parte, el anterior Presidente de la extinta Comisión Nacional de la Especialidad de Farmacia Hospitalaria y Atención Primaria, daba un paso más en su intención de asaltar las competencias de la farmacia de atención primaria afirmando que “el especialista en Farmacia Hospitalaria de los próximos años también deberá tener competencias y conocimientos para desarrollar sus funciones en atención primaria y en los centros sociosanitarios. El próximo programa formativo deberá añadir un quinto año al periodo FIR para que no haya dificultades en el abordaje del primer nivel asistencial”.
Aunque tenemos plena confianza en que imperará el sentido común en nuestros decisores sanitarios y estas propuestas caerán en saco roto, no queremos dejar pasar la oportunidad de expresar la posición de nuestra sociedad ante estas declaraciones.
En primer lugar hay que destacar que, aunque no era su objetivo, las declaraciones del Presidente de la Comisión de la Especialidad suponen un reconocimiento tácito de que el actual programa formativo del farmacéutico interno residente (FIR) requiere al menos de un año de formación específica para adquirir las competencias de Atención Primaria. Aun asumiendo que se podrían buscar similitudes entre las competencias desarrolladas en el ámbito de Atención Primaria y el de Hospitalaria, a nadie se le escapan las grandes diferencias en el modo de desarrollarlas y en el enfoque de las mismas, que hace que sea imprescindible un aprendizaje específico en Atención Primaria para poder llevarlas a cabo. Por no hablar de las competencias específicas de nuestro ámbito, claramente diferenciadoras respecto al hospital.
Considerar que un farmacéutico hospitalario es capaz de asumir las competencias de Atención Primaria sin una formación específica es lo mismo que asumir que un jugador de hockey sobre hielo es capaz de jugar perfectamente a hockey sobre hierba sin cambiar siquiera de equipamiento. Y además, no es necesario: nuestro Sistema Sanitario cuenta ya con jugadores de de hockey hierba con el equipamiento adecuado, es decir con farmacéuticos de atención primaria perfectamente formados y dispuestos.
Desde SEFAP seguiremos luchando por el reconocimiento de la formación especializada para nuestro ámbito y trabajando con la Dirección General de Ordenación Profesional y las Comunidades Autónomas para que la nueva especialidad recogida en el Decreto 639/2104 vea la luz en un nuevo Decreto específico.
En lo que respecta al problema de la coordinación entre niveles asistenciales, aunque no es un problema nuevo, se ha visto agravado por las diferentes declaraciones efectuadas por SEFAC y SEFH acerca de la dispensación de medicamentos innovadores y la atención farmacéutica a pacientes institucionalizados, en las que directamente se obvia a la Atención Primaria de Salud y se pretende dar el salto desde el hospital a la farmacia comunitaria, sin tener en cuenta el papel crítico que tiene nuestro ámbito asistencial en las transiciones o en el seguimiento del paciente.
Si queremos trabajar de verdad en coordinación asistencial, si queremos que de verdad se cumpla la tan repetida afirmación de que nuestro objetivo es que el paciente sea el centro del sistema, estamos obligados a trabajar en conjunto, aprovechando las fortalezas que aporta al sistema cada uno de los ámbitos y supliendo sus debilidades con estas fortalezas. Debemos dejar de ser una amenaza los unos para los otros para, trabajando de forma coordinada, transformar nuestra profesión en una oportunidad de mejora para el sistema sanitario y, cómo no, para el paciente.
Entrada elaborada por la Junta Permanente de la SEFAP.
Me parecen muy adecuadas las manifestaciones de SEFAP en relación a las competencias del farmacéutico de atención primaria. No deben invadir nuestro campo de actuación, ni los farmacéuticos hospitalarios, ni los de oficinas de farmacia. Todos debemos coordinarnos y colaborar para mejorar el uso de medicamentos en la población.¡Hay trabajo para todos!