Estamos en la semana del uso prudente de antimicrobianos y en esta ocasión hablaremos del alto consumo de antibióticos en pacientes con enfermedades crónicas.
Los pacientes que reciben tratamientos frecuentes con antimicrobianos son más susceptibles de infecciones por bacterias multirresistentes. Esto dificulta el éxito de tratamientos futuros y obliga a utilizar antibióticos de más amplio espectro. Y es que no todos los pacientes reciben la misma “carga” de antibióticos. Aunque la mayoría reciben antibióticos de forma ocasional, para procesos banales y no siempre de etiología bacteriana, existe un grupo de pacientes que toman antibióticos de forma continua o cíclica durante periodos prolongados de tiempo.
¿Qué pacientes son objeto de tratamientos frecuentes con antibióticos?
A pesar de los avances que se han producido en la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades infecciosas, éstas siguen causando una gran morbilidad y mortalidad en las personas con enfermedades crónicas.
Las guías de terapéutica antimicrobiana suelen recomendar el uso restringido de antibióticos en infecciones respiratorias inferiores o superiores en la población general. Pero no en el subgrupo de pacientes con elevada comorbilidad o fragilidad. Ello es debido a que en pacientes con ciertas enfermedades crónicas como la diabetes, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), la insuficiencia cardiaca o pacientes pluripatológicos, los procesos infecciosos suelen ser más graves, más recurrentes y con peor pronóstico.
¿Conocemos cuántos pacientes reciben una alta carga de antibióticos en la comunidad y las infecciones para las que se indican?
Para responder a esta pregunta, en el año 2018, el Grupo de Trabajo Infecciones en Atención Primaria de la SEFAP, diseñó un proyecto de investigación. En él participaron 43 Farmacéuticos de Atención Primaria pertenecientes a 30 Áreas de Salud de 12 Comunidades Autónomas. El estudio abarcó un total de 5.960.191 habitantes.
El objetivo del estudio fue conocer qué porcentaje de la población recibía una alta carga de antibióticos, describir su perfil, los procesos tratados y los tratamientos antibióticos instaurados.
¿Qué nos encontramos?
Se identificaron los pacientes que habían consumido durante 2017 más de 30 envases de antibióticos sistémicos con cargo al Sistema Nacional de Salud.
Entre el 1 de junio y el 31 de octubre de 2018, se realizó la recogida de datos. Comorbilidades, medicación concomitante, patología tratada con antibióticos, tipo y pauta de tratamiento antibiótico en el año, entre otras variables.
889 pacientes con alta carga de antibimicrobianos, habían tomado más de 30 envases de antibióticos en 2017.
Tenían una edad mediana de 70 años, un 52% eran hombres y presentaban una mediana de 4 comorbilidades. Las más frecuentes fueron: patología respiratoria crónica, enfermedades cardiovasculares, enfermedades neurológicas o mentales, diabetes, situaciones que cursan con inmunosupresión y patología urológica. Más del 90% de los pacientes recibía además tratamientos crónicos. El 53% sufrieron al menos un ingreso hospitalario en el periodo de estudio y un 10% fueron exitus en el momento de la recogida de los datos.
Los pacientes recibieron de mediana 3 tratamientos antibióticos en el año. Fluorquinolonas, macrólidos, penicilinas y cefalosporinas fueron los grupos de antibióticos más prescritos, en este orden. Estuvieron expuestos a tratamientos antibióticos durante periodos prolongados, recibiendo el 51% de ellos antibióticos a lo largo de todo el año. El 50% de las prescripciones fueron realizadas por Médicos de Familia en Atención Primaria y un 25% por Neumología. Los procesos infecciosos y las profilaxis que justificaron los tratamientos antibióticos fueron mayoritariamente respiratorios de vías inferiores, urinarios y de piel/partes blandas.
Los procesos infecciosos más frecuentes en este grupo de pacientes no coinciden con los procesos más tratados con antibióticos en la comunidad en población sana. Además, una parte importante de los tratamientos se destinó a la profilaxis de nuevas infecciones.
El abordaje de las infecciones en pacientes con enfermedades crónicas debe realizarse intentando minimizar el impacto del tratamiento en la salud del paciente.
Dada la frecuencia y la intensidad de los tratamientos, así como el espectro de acción de los antibióticos utilizados, los grandes consumidores de antibióticos son un grupo de población más susceptible de infección o colonización por bacterias resistentes y multirresistentes y están más expuestos a las reacciones adversas de los antibióticos.
La importancia de las infecciones en este grupo de población radica en su frecuencia, gravedad, duración y el impacto sobre la patología de base. El abordaje de las infecciones en pacientes con enfermedades crónicas deberá realizarse teniendo en cuenta recomendaciones propias, que difieren de las orientadas a los pacientes que reciben antibióticos de forma esporádica y por procesos de menor gravedad. Los microorganismos implicados, el perfil de resistencias a los antimicrobianos y el impacto de los efectos adversos de los antibióticos en la salud del paciente, pueden ser diferentes en ambos grupos de población.
Por todo ello, es indispensable analizar previamente el balance beneficio/riesgo de los tratamientos para exponer a los pacientes al menor riesgo posible, y por lo tanto:
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- Sopesar la pertinencia de iniciar la antibioterapia profiláctica exclusivamente en aquellas situaciones en las que los beneficios superan los efectos adversos.
- Seleccionar el antibiótico más adecuado para el posible o confirmado agente etiológico, en la pauta y duración de tratamiento óptimos.
- Revisar la evolución del paciente una vez iniciado el tratamiento, para comprobar la respuesta, detectar fallos terapéuticos y minimizar el impacto del tratamiento en la salud del paciente.
Las actividades PROA dirigidas a los profesionales implicados en la atención a los pacientes que reciben una alta carga de antibióticos, deberán tener en cuenta estos resultados. Por otra parte, dada la implicación de profesionales de ambos ámbitos asistenciales, la planificación y desarrollo de las estrategias para la mejora del uso de antibióticos específicas para este grupo de población, deberán ser llevadas a cabo de forma coordinada por los equipos PROA en Atención Primaria con los equipos PROA de los hospitales de referencia.
Entrada elaborada por Rocío Fernández Urrusuno y Carmen Marina Meseguer Barros, Farmacéuticas de Atención Primaria, en nombre del Grupo de Trabajo de Infecciones en Atención Primaria de la SEFAP. La entrada está basada en el proyecto “Estudio descriptivo del perfil de los pacientes que reciben una alta carga de antimicrobianos en la comunidad en España” que ha recibido el segundo premio de investigación SEFAP 2019.
Las autoras trabajan actualmente en los Servicios de Farmacia del Distrito Aljarafe-Sevilla Norte (UGC Farmacia Atención Primaria de Sevilla, Servicio Andaluz de Salud) y en la Dirección Asistencial Oeste (Servicio Madrileño de Salud), respectivamente.
La publicación de esta entrada se ha realizado con carácter personal y no tiene porqué representar la posición de la organización en la que desarrolla su actividad profesional.