El consumo de los anticoagulantes orales directos (ACOD) en España en los últimos años ha aumentado de 1 a 10,20 DHD (Dosis Habitante Día) según los datos del Observatorio del uso de medicamentos de la Agencia Española del Medicamento i Productos Sanitarios (AEMPS).
En la comunidad autónoma de Cataluña, el número de pacientes tratados con ACOD en 2022 fue de 135.131 usuarios; 6 veces más respecto el año 2013, siendo una tendencia generalizada en todo el territorio.
En este incremento se observa un desplazamiento de los tratamientos antivitamina K hacia los ACOD, a pesar de ser actualmente los antivitamina K los anticoagulantes orales recomendados en pacientes con fibrilación auricular no valvular según el Informe de Posicionamiento Terapéutico. Los ACOD se consideran alternativas terapéuticas y su selección debe realizarse de forma individualizada, considerando las características del paciente y las particularidades de cada fármaco.
El incremento exponencial de utilización de los ACOD cambia el paradigma de seguimiento de la anticoagulación. El hecho de que no sea necesaria una monitorización tan estrecha de sus concentraciones plasmáticas puede presentar algunas ventajas, como por ejemplo, las relacionadas con la comodidad para el paciente; pero también algunos inconvenientes, como podrían ser un mayor desconocimiento del grado de adherencia (al no tener constancia de dichas concentraciones en sangre), así como la posibilidad de perder la oportunidad de detectar posibles interacciones de relevancia clínica al disminuir el contacto asistencial con el propio paciente.
Ante esta situación, aparece la preocupación por la falta de adherencia que puede implicar una inefectividad del tratamiento con resultados clínicos desfavorables para el paciente. Se ha descrito que tanto la no adherencia como la no persistencia a los ACOD implican un aumento en el riesgo de padecer un ictus. Del mismo modo, en otros estudios también se observó que uno de cada tres pacientes con diagnóstico de fibrilación auricular tuvo una adherencia <80%. Además, también expresaban la necesidad de apoyo e información en el manejo de su terapia considerando el farmacéutico de atención primaria (FAP), un profesional esencial para mejorar el conocimiento y tratamiento de su enfermedad, evitando así errores de medicación e incrementando la persistencia al tratamiento.
Estos datos nos llevaron a analizar el grado de adherencia a los ACOD en nuestro ámbito asistencial, para poder conocer las posibles causas de no adherencia al tratamiento y así, poder establecer estrategias de intervención.



Las limitaciones del estudio fueron: posible sobreestimación de pacientes adherentes (consideramos adherentes a los pacientes que habían recogido los envases en la oficina de farmacia, pero desconocemos si se lo han tomado correctamente); se analizó la adherencia, pero no se tuvo en cuenta la persistencia a este; y tampoco se diferenció la adherencia por diagnósticos.
Entrada elaborada por Dolors Díaz, Maria Guinovart, Imma Moix y Mònica Palacios (Regiones Sanitarias de Terres de l’Ebre, Tarragona, Catalunya Central y Girona, respectivamente, del Servei Català de la Salut (CatSalut)), ganadoras del primer premio del XXVI Congreso SEFAP al mejor póster (que tenéis disponible aquí)
La publicación de esta entrada se ha realizado con carácter personal y no tiene por qué representar la posición de la organización en la que desarrollan su actividad profesional.
Foto de portada de Richard Villalon en iStockphoto