El historial farmacoterapéutico recopila toda la información sobre los medicamentos que ha tomado o está tomando un paciente, incluyendo tratamientos de prescripción médica y de venta libre, tanto agudos como crónicos, así como suplementos y productos medicinales de cualquier índole. Su correcta elaboración permite:
- Prevenir errores de medicación: Una visión global del tratamiento ayuda a evitar interacciones, reacciones adversas y duplicidades innecesarias.
- Optimizar la terapia farmacológica: Permite ajustar dosis y seleccionar los medicamentos más adecuados para cada paciente.
- Mejorar la adherencia terapéutica: Facilita el seguimiento de los tratamientos y la detección de posibles problemas en su cumplimiento.
- Favorecer la continuidad asistencial: Un historial actualizado mejora la comunicación entre los diferentes niveles asistenciales.
Vista la teoría, ¡veamos un caso real!
Os invitamos a embarcaros con nosotras en el viaje trepidante de Isabel en el que partiremos con una carta náutica difusa, con gran riesgo de errores, y donde finalmente definiremos una nueva ruta más segura.
Pan-Pan*
Como cada mañana, entré en mi agenda y, entre dudas sobre medicación y efectos adversos anotados por la central de atención telefónica para pacientes, vi que tenía una paciente para revisión. Había sido citada por su médica de atención primaria a través de nuestro circuito interno habitual, con el objetivo de optimizar su tratamiento farmacológico.
Imprimí su hoja de medicación y, subrayador en mano, empecé a leer las líneas de prescripción. Os animo a revisar la siguiente tabla de tratamiento para seguirme en esta historia:

Ahí está, la veis, ¿verdad? Como una baliza en el mar, indicando una situación de peligro potencial.
Espero haber captado vuestra atención, porque así es como una revisión, se convirtió en la entrada de este blog.
Aguas abiertas*
Decidida a despejar las preguntas que me asaltaban, me zambullí en un mar de información: historias clínicas, consultas externas, ingresos, urgencias… de manera que, tras dedicarle tiempo, paciencia y café, empecé a desenmarañar la historia de Isabel.

Cuaderno de bitácora*
Y así es como pasé del caos informativo, a una información bien estructurada, con un orden cronológico de los eventos acontecidos:

Mar de fondo*
Tras años de cambios en su medicación y con un historial clínico a saltos entre distintas especialidades, su caso como el de tantos otros pacientes complejos, refleja una situación común: múltiples prescriptores y transiciones asistenciales… un contexto favorable para los errores de medicación.
¡Baliza en el mar! Isabel toma aspirina y clopidogrel desde 2013.
Guardamar*
Ante la complejidad clínica de Isabel, su polimedicación y los potenciales problemas de seguridad, decido realizar una revisión exhaustiva de su medicación, proponiendo una serie de recomendaciones a su médica sobre la necesidad, efectividad, adecuación y seguridad de ciertos tratamientos:

Puerto*
Finalmente, tras pactarlo con su médica y familiar de Isabel, se decide:
- Retirar clopidogrel y mantener AAS.
- Bajar dosis de levetiracetam (1-0-1) y derivar a neurología para revaloración de episodios sincopales y tratamiento.
- Retirar gradualmente lorazepam: se propone una reducción del 25 % cada 3 semanas (Isabel presenta baja dependencia). Pautando 1 mg y 0,5 mg en días alternos, posteriormente 0,5 mg c/24h y así hasta su retirada.
- Suspender torasemida.
- Mantener ferroglicina sulfato sin necesidad de pruebas diagnósticas adicionales por edad y comorbilidades.
- Monitorizar magnesio en próxima analítica.
Aunque este proceso puede ser laborioso, conocer el porqué, quién y en qué situaciones se prescriben los medicamentos proporciona información esencial para tomar decisiones y garantizar el uso seguro y efectivo de los medicamentos.
Así que compañeros y compañeras, sigamos avistando, balizas en el mar.
Entrada elaborada por Bárbara Ferrer y Ana Vanrell, Farmacéuticas de Atención Primaria del Sector Ponent de Mallorca, basada en la comunicación que presentaron en el XXVII Congreso de SEFAP.
La publicación de esta entrada se ha realizado con carácter personal y no tiene por qué representar la posición de la organización en la que las autoras desarrollan su actividad profesional.








