Nuestro protagonista de hoy es Juan Erviti López. Doctor en Farmacia y jefe de la Sección de Información y Asesoría del Medicamento del Servicio Navarro de Salud. Juan es, así mismo, coordinador del Boletín de Información Terapéutica de Navarra, fuente imprescindible que es desde hace años una referencia en la promoción del uso adecuado de los medicamentos en el mundo hispanoparlante y de gran proyección internacional gracias a su versión en inglés. Bajo su batuta, el Bit ha crecido exponencialmente en los últimos años, ha sabido adaptarse a las nuevas tecnologías, con presencia en las redes sociales, y completa sus interesantes contenidos con los vídeos que, regularmente, publica en YouTube.
Este caudal de trabajo bien hecho e innovación no es mérito en exclusiva de Juan, aunque ha sido él quien ha dinamizado el equipo que lo ha hecho posible. No queremos olvidar la labor investigadora en el uso de los medicamentos, otra de las facetas en la que nuestro compañero brilla con luz propia. Como sabrás, recientemente publicó en el BMJ Open dos estudios observacionales sobre bisfosfonatos que han tenido gran repercusión y han ayudado a completar el conocimiento que ya teníamos del perfil de seguridad de estos fármacos.
Y sin más dilación, os dejamos con él. Es una entrevista interesante, con muchísimo contenido que, a buen seguro, no dejará indiferente a nadie…
-Carlos Fernández (C.F.): ¿Qué distingue un boletín independiente de una revista?
-Juan Erviti (J.E.): Son muchas las diferencias. Para empezar, además del papel de transmisión del conocimiento, las revistas suelen plantearse como un negocio, lo que suele generar grandes conflictos de interés. Ingresan mucho dinero procedente de la industria farmacéutica en concepto de publicidad o por los derechos de las separatas de los ensayos clínicos que publican y que son utilizadas como propaganda dirigida a los médicos.
En principio habría que distinguir entre las revistas de suscripción y de acceso abierto. Estas últimas han sido un avance en cuanto a transparencia informativa, especialmente aquellas que, además de los artículos, permiten publicar la base de datos del estudio que ha dado origen al artículo. Este es el caso, por ejemplo, del BMJ Open y el repositorio de datos de estudios Dryad. Ello facilita que otros investigadores verifiquen si los contenidos del trabajo publicado son ciertos y se presentan adecuadamente o, por ejemplo, también posibilitan la realización de estudios de datos agregados de varios ensayos.
A pesar de ello, podríamos llegar a plantearnos si las revistas científicas son realmente necesarias o, por lo menos, si deberían existir en su formato actual. Lo ideal sería que todos los datos de todos los ensayos clínicos se publicaran en internet de forma abierta. Es lo mínimo que habría que hacer por los pacientes que se han ofrecido a ser sujetos de investigación. No nos interesa realmente la publicación, esto es, que alguien nos “cuente” algo sobre un estudio concreto; lo que necesitamos es tener todos los datos del estudio para poder concluir por nosotros mismos.
En cuanto a los boletines independientes, algunos de ellos son de suscripción pero la mayoría son gratuitos. En todo caso, nadie pensaría en un boletín independiente como un negocio… Por lo general, los boletines ofrecen información más elaborada y reposada que las revistas. Además de tratar temas de actualidad, los boletines suelen abordar asuntos más orientados a los problemas reales de salud y no tanto a contenidos que pueden generar beneficios a las compañías farmacéuticas. Además, aportan una visión más crítica en la evaluación de la literatura científica.
-C.F.: ¿Cuál es la salud de los boletines farmacoterapéuticos en España?
-J.E.: Es difícil publicar un boletín farmacoterapéutico con una calidad adecuada. La mayor parte de las personas que colaboran en la edición de los boletines lo hacen a tiempo parcial, como una tarea más entre sus múltiples actividades relacionadas con el asesoramiento sobre medicamentos. Quizás estas dificultades hayan hecho que en los últimos años hayan desaparecido algunos boletines españoles, incluido el boletín del Sistema Nacional de Salud, dependiente del Ministerio de Sanidad. La administración debería apostar con más decisión por la información independiente. Y esto no afecta solo a los boletines. Es una pena que desapareciera también la convocatoria de ayudas a proyectos de investigación “no comercial” que promovía el Ministerio de Sanidad. Los boletines deberían servir para identificar lagunas de conocimiento que pudieran resolverse con proyectos de investigación promovidos por los propios responsables del boletín. Nosotros ya hemos tenido alguna experiencia muy gratificante a este respecto.
A pesar de las dificultades, sigue habiendo muy buenos boletines en España gracias, en gran medida, a profesionales con gran vocación y altruismo.
-C.F.: ¿Cómo ha afectado la irrupción de Internet en la publicación de boletines? ¿son los blogs un complemento, competencia…?
-J.E.: Internet ha cambiado tantas cosas en nuestro mundo… Los boletines son una de ellas. Se han hecho accesibles a un número ilimitado de personas, permite una mayor interacción entre lectores y el equipo editorial del boletín o la transmisión de contenidos a través de redes sociales, por ejemplo.
Los blogs son un complemento estupendo ya que aportan la agilidad y frescura que un boletín no puede tener. El boletín necesita reposo y cocción “a fuego lento”. Ambos son imprescindibles y lo importante es que estén alineados en la misma dirección.
-C.F.: A tu juicio ¿por qué es importante disponer de boletines independientes?
La información independiente es vital si queremos tener auténtica libertad de prescripción para poder tomar la mejor decisión para el paciente. Estamos viviendo una época crítica para la información sobre medicamentos. En mayo de 2012 el parlamento de la Unión Europea desautorizó la gestión de la EMA al entenderla poco transparente y excesivamente influenciada por los intereses de las compañías farmacéuticas en detrimento de la salud de los pacientes.
A partir de entonces, un nuevo equipo gestor tomó las riendas con el compromiso de avanzar en transparencia. Uno de los objetivos fue que los datos individuales de todos los pacientes de los ensayos clínicos presentados a la EMA fueran públicos, presentados de forma anonimizada de modo que no se pudiera identificar a los pacientes. Tres personas de mi Servicio participaron en los grupos de trabajo que discutieron estos asuntos. Se acordó que, a partir del 1 de enero de 2014, los datos estarían disponibles de forma pública. Sin embargo, dos compañías farmacéuticas llevaron a la EMA a juicio argumentando que esa medida iba en contra del “secreto industrial” de las empresas. En estos momentos, el juicio está en marcha.
Además, en el acuerdo transatlántico de comercio entre EEUU y Europa, actualmente en fase de negociación, se acordó regular los “secretos industriales”. En estos momentos, la UE está elaborando un borrador de Directiva Europea para proteger el “secreto industrial” de las compañías. Hay intentos de que la regulación de los medicamentos se vea afectada por esta nueva directiva de modo que los resultados de los ensayos no sean públicos. Esto sería catastrófico para la salud de los pacientes, la sostenibilidad del sistema público sanitario y para la dignidad de las personas.
Necesitamos boletines independientes que presenten una información no sesgada de los efectos de los medicamentos para poder tomar las mejores decisiones terapéuticas y de gestión. Pero para que esta visión lúcida sea posible, necesitamos en primer lugar que nuestros políticos se pongan del lado de los pacientes y ciudadanos, es decir, de quienes les votaron y depositaron su confianza en ellos, en vez de priorizar los beneficios económicos de algunas corporaciones por encima de los enfermos.
-C.F.: ¿Cuál ha sido el artículo que más interés ha despertado del Bit? ¿alguna anécdota digna de mención en relación a este boletín? ¿algo que destacar?
-J.E.:Sería difícil destacar un solo artículo y me gusta pensar que el que más interés va a generar es siempre el próximo número… Hemos tenido muchas anécdotas relacionadas generalmente con discrepancias de las compañías farmacéuticas con los contenidos de nuestros artículos. No obstante, nosotros estamos siempre dispuestos a rectificar los posibles errores que tengamos y, para ello, creamos en la versión web del Bit un espacio de “cartas al director” con el objeto de fomentar el debate científico de forma transparente. Hasta la fecha, el tiempo siempre nos ha dado la razón en cuanto a los posicionamientos que hemos tomado sobre los medicamentos que hemos evaluado.
El Bit se publica en castellano y en inglés, lo que nos ha servido para abrirnos a mucha gente y establecer colaboraciones profesionales muy interesantes en todo el mundo. Por poner un par de ejemplos, en estos momentos estamos trabajando con el Ministerio de Sanidad de Colombia pues quieren crear un boletín nacional a semejanza del Bit en ese país y gracias a nuestro boletín nos hemos incorporado a la Colaboración Cochrane.
-C.F.: ¿Qué es la ISDB? ¿Cuáles son sus funciones? ¿Cómo redundan en la calidad de los boletines farmacoterapéuticos? ¿Qué boletines españoles están adheridos a la ISDB?
-J.E.: La Sociedad Internacional de Boletines de Medicamentos (ISDB) es una red internacional de boletines farmacoterapéuticos que son financiera e intelectualmente independientes de la industria farmacéutica. Se fundó en 1986 con el apoyo de la OMS. Las principales prioridades de la ISDB son apoyar y asistir en el desarrollo de boletines independientes de medicamentos a nivel internacional, además de promover y mantener la comunicación y cooperación entre ellos. En este momento tengo el honor de ser el Secretario de la ISDB. La próxima asamblea general a nivel mundial se celebrará en Pamplona en junio de 2015.
Hay diversos grupos de trabajo que abordan cuestiones importantes como los cambios en la regulación de medicamentos que se están produciendo sobre todo en Europa, educación sobre medicamentos, conflictos de interés, ética en los ensayos clínicos, etc.
Una de las prioridades de la ISDB es ayudar a los boletines independientes de medicamentos a alcanzar los estándares de calidad más altos. Los boletines españoles que forman parte de la ISDB son el Boletín Terapéutico Andaluz, Butlletí d’Informació Terapèutica (BIT), Boletín de Información Farmacoterapéutica de Navarra, Butlletí Groc, Butlletí e-farma de la Regió Sanitària Barcelona, Información Farmacoterapéutica de la Comarca (INFAC) y Pharmakon (Aragón).
Finalizamos agradeciéndole a Juan su tiempo y, sobre todo, su trabajo. Gracias al equipo que él coordina, disponemos de una fuente independiente de información sobre medicamentos, de categoría internacional. Ya no hay excusa para quienes el idioma era una barrera para acceder a información fiable y de calidad. Bit es, por méritos propios un espejo en el que cualquier boletín farmacoterapéutico debe mirarse. Y Juan es un profesional que se ha convertido, también por méritos propios, en un referente para todos nosotros. Una de esas ruedas buenas, tan escasas, a la que seguir…
Entrevista realizada por Carlos Fernández Oropesa
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