Es de sobra conocido el tiempo que transcurre desde que la evidencia científica demuestra problemas de eficacia y/o seguridad de los medicamentos hasta que se consigue trasladar este conocimiento a la práctica clínica diaria. De acuerdo con la bibliografía científica, las intervenciones más efectivas para trasladar los resultados de los estudios a la práctica asistencial son aquellas basadas en estrategias educativas combinadas, con buen material de apoyo y feedback, individualizadas y repetitivas en el tiempo. Estas intervenciones educativas, junto con otras estrategias como el uso de software o la incorporación de farmacéuticos al equipo de salud han demostrado mejorar la calidad de la prescripción.
En nuestro Servicio de Farmacia trabajamos conjuntamente con los médicos de familia en diferentes actividades educativas y de intervención. Entre ellas, y de forma consensuada con los médicos, las alertas de seguridad de medicamentos son informadas a través del correo electrónico corporativo. Sin embargo, la principal herramienta que el médico utiliza en su día a día es la historia clínica informatizada, que en el SERMAS incluye un apartado de mensajería interna con formato similar al correo electrónico que permite enviar mensajes de texto a cualquier profesional de los centros de salud.
¿Podría ser esta mensajería una forma de comunicación más directa y efectiva que el correo electrónico?
Con el fin de poder confirmar esta hipótesis, y aprovechando la publicación de un recordatorio de una alerta de seguridad de la trimetazidina, nos planteamos la realización de un estudio cuyos resultados fueron presentados en el XXII Congreso Nacional de la SEFAP.
La trimetazidina está comercializada en España desde el año 1985, en un principio con indicación en angina de pecho, vértigo y tinnitus. Con la experiencia de uso fueron apareciendo evidencias de diferentes reacciones adversas (síntomas neurológicos como parkinsonismo, síndrome de piernas inquietas, temblor o inestabilidad en la marcha) que motivaron la revisión del balance beneficio/riesgo por parte del Comité de Medicamentos de Uso Humano (CHMP) de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA). Tras esta evaluación se restringió la indicación de la trimetazidina a la angina de pecho como tratamiento sintomático coadyuvante de segunda línea, dado que en el resto de indicaciones se observó un balance beneficio riesgo desfavorable. No obstante, varios estudios de utilización pusieron de manifiesto que, aunque con menor uso en los últimos años, continuaba prescribiéndose en indicaciones no autorizadas, por lo que en 2016 la AEMPS publicó una nota informativa recordando su única indicación autorizada.
Entre septiembre y diciembre de 2016 llevamos a cabo un estudio controlado aleatorizado multicéntrico, cuyos objetivos eran comparar dos estrategias de comunicación en la retirada de trimetazidina en indicaciones no autorizadas y analizar la prescripción de trimetazidina en dichas indicaciones. La desprescripción de trimetazidina se midió a través de dos variables: porcentaje de desprescripción a los 2 meses y tiempo medio transcurrido desde la comunicación hasta la desprescripción.
Se incluyeron en el estudio médicos de familia pertenecientes a 30 centros de salud que tenían en sus cupos pacientes en tratamiento con trimetazidina en indicaciones distintas a angina de pecho. Para ello se requirió, por un lado, localizar los tratamientos activos de trimetazidina a través de las recetas facturadas y por otro, una confirmación de la indicación de uso accediendo a la historia clínica. Los médicos se aleatorizaron en dos grupos:
- Grupo control: procedimiento habitual. Envío de la alerta mediante correo electrónico corporativo al responsable de farmacia de cada centro de salud. En dicho correo se informaba de la alerta y del modo de identificar a los pacientes afectados. Posteriormente se realizó un recordatorio siguiendo el mismo procedimiento.
- Grupo intervención: añadido al procedimiento habitual, se enviaron correos personales a los médicos utilizando la mensajería interna de la historia clínica, informando de la alerta y de los pacientes de su cupo afectados por la misma.
Antes de la intervención se identificaron 129 médicos con prescripciones de trimetazidina fuera de indicación (31,2% del total de médicos del área). Las principales indicaciones off-label identificadas fueron vértigo (26,6%) y alteraciones de la visión (12,1%). En 12 pacientes se encontraron prescripciones contraindicadas: 4 por temblor, 4 por insuficiencia renal grave, 3 por enfermedad de Parkinson y una por diagnóstico de piernas inquietas.
Dos meses después de las intervenciones se realizó un análisis de la retirada de tratamientos. La desprescripción fue mayor y más rápida en el grupo intervención frente al grupo control. Los médicos que retiraron al menos una prescripción fueron 34 (52,3%) en el grupo intervención frente a 17 (26,6%) en el grupo control (p=0.003). El tiempo medio transcurrido desde la comunicación hasta la desprescripción fue de 6,3 vs. 36,5 días en los grupos intervención y control respectivamente (p<0,001).
Con estos datos podemos concluir que la comunicación a través de la mensajería interna de la historia clínica es más efectiva que el procedimiento habitual, con la ventaja de ser una intervención individualizada. Se consigue una mayor desprescripción de trimetazidina y en menor tiempo, aumentando la seguridad del paciente. Ante cambios en la información disponible sobre la seguridad o eficacia de los medicamentos, este tipo de estrategias podrían ser de utilidad y facilitar la implementación de las medidas necesarias en cada caso.
Entrada elaborada por Ana Villimar, Ana Gangoso y Rafael Aguilella. Farmacéuticos de Atención Primaria de la Dirección Asistencial Oeste del SERMAS.
Los autores trabaja actualmente en el Servicio de Farmacia de Atención Primaria de la Dirección Asistencial Oeste del SERMAS. La publicación de esta entrada se ha realizado con carácter personal y no tiene porqué representar la posición de la organización en la que desarrolla su actividad profesional.